Hoy nos toca dar un rato la vara, porque nos duele en el alma que os preocupéis por adquirir
una materia prima de lujo como puede ser nuestro nuevo Etiopía Guji, y luego un pequeño fallo en el proceso de preparación eche a perder el resultado.
Por eso, el objetivo del post de hoy es corregir esos pequeños malos hábitos que muchos
tenemos a la hora de prepararnos el café, para intentar que el café que os tomáis en casa sea
“casi” tan bueno como el que os hacen nuestros baristas en el coffee shop, ¡he dicho casi!.
- No calentar suficiente el agua: Independientemente del método que utilices la temperatura del agua es clave para que el café se infusione de forma correcta; aunque obviamente si preparas tu café con una italiana o una expreso o cualquier máquina en la que el proceso es automático no depende de tí y en principio es algo que debe funcionar bien. Pero si eres de los que te has animado a hacerte con una Chemex, una V60 o una Aeropress debes prestar mucha atención a la temperatura del agua y no tirarla ni muy fría ni hirviendo (se trata de infusionar el café no de hervirlo). El agua es el ingrediente más importante ya que el 95% de la bebida de café, es agua.
- Prensar demasiado el café: Esta va en especial para los que tiran de cafetera italiana o de expreso. Y es un error muy habitual porque véis que nuestros baristas prensan el café y os venís arriba con el prensado. Hay que prensar el café suavemente, no para convertirlo en una masa compacta por la que no pueda pasar ni una gota de agua, ¡por favor!
- Las cantidades: por las mañanas, recién levantados, cuesta trabajar fino y el ojímetro pierde aún más fiabilidad de la poca que ya de por sí tiene, así que es más que recomendable que midas como se debe las cantidades.
- Tener reservas de café para pasar todo el invierno: Esta muy bien eso de ser precavido pero en el caso del café de especialidad,para disfrutar al máximo de sus cualidades, es importante que esté recién tostado, que sea fresco vamos. Con lo que compra el café que vayas a consumir en el próximo mes, como mucho.
- No tener bien guardado el café: esto nos lo preguntáis a menudo. El café debe guardarse en algún lugar en el que pueda mantenerse en torno a los 10-18º, un ambiente seco y protegido de luz y de olores externos (para los que lo guardan en la nevera al lado del pescado 😉 ). Nuestro packaging tiene un válvula de protección que garantiza la frescura del café desde que se tuesta y envasa hasta que llega a tus manos, pero una vez lo has abierto debes cuidar dónde lo guardas.
- No respetar los tiempos: a veces por impacientes y otras veces porque parece que nos gusta dejar sonando el café hervir en la italiana hasta que empieza a oler a chamuscado. ¡Error!
- Dejar reposar el café: El café hay que tomarlo recién hecho para poder disfrutar de su aroma y su sabor.
- Beberlo en taza de plástico: Os reiréis pero lo hemos visto más de una vez. Intenta no beber el café en taza de plástico a no ser que estéis de camping y no tengáis una taza hipster de metal para beberos vuestro café. El plástico contamina el sabor de todo lo que le pongas dentro y tu café sabrá diferente.
- Usar agua del grifo (sin osmosis): A ver, te has gastado la pasta en comprar café “del bueno” como dices, ¡y le pones agua del grifo! Pecado capital. Recuerda, el agua es el ingrediente principal en una bebida de café.
- No ponerle cariño: Da igual el método, los tiempos, e incluso la materia prima, si no le pones un poquito de “amor” al proceso. Aunque sean las seis de la mañana.
Si te reconoces en alguno de estos puntos, ya sabes, rectificar es de sabios y te aseguramos que el resultado merece la pena. La gran mayoría de nosotros bebemos café cada día, y no una sino varias veces. ¡Qué menos que intentar que sepa, huela y siente lo mejor posible!
Comparte con tus familiares y amigos los conocimientos de elaborar café.
¡Juntos haremos un café mejor!
P.D: Nos gustaría saber tu opinión sobre tu experiencia cafetera y recordarte también que estamos aquí para resolverte cualquier duda que tengas sobre el café.